PRESENTACION DEL LIBRO APUNTES DE INFANCIA DE JUANA C. CASCARDO
en la foto: Juan Cendoya, Ilda Merlo, Elena Arce, Juana Cascardo, Meneca Negri y Beatriz Nuccetelli
En el bar, delante de un café con leche, un editor le explica a un novelista flaquito, con cara de padecer del hígado y quién sabe también si de hemorroides:
-Mire usted, Cirilo, dejémonos de zarandajas y de modernismos. La novela, ¿me escucha usted?
-Sí, señor, si. La novela…
El editor siguió:
-Pues eso. La novela, dejémonos de monsergas y de modernismos, debe constar de los tres elementos tradicionales, clásicos, esenciales. ¿Me entiende usted?
El novelista, por poco, le responde.
_Sí, señor, le entiendo la mar de bien: fe, esperanza y caridad.
Pero pudo contenerse a tiempo.
-Sí, señor, ya lo creo. ¡Los tres elementos tradicionales, clásicos, esenciales! ¡Je, je!
El editor respiró hondo y continuó:
-¿Quiere usted un cafecito?
-Bueno…
-Oiga, un cafecito para este señor.
El editor miró para Cirilo y Cirilo se compuso unos ojitos de oveja, unos ojitos que querían significar todo su mucho agradecimiento.
-Y esos tres elementos de que le hablo, amigo mío, esos tres elementos tradicionales, clásicos, esenciales, dejémonos de gaitas y de modernismos, son ¿sabe usted cuáles son?
-Siga, siga…
-Pues son: planteamiento, nudo y desenlace. Sin planteamiento, nudo y desenlace, por más vueltas que usted quiera darle, no hay novela; hay ¿quiere usted que se lo diga?
-Sí, señor, si.
-Pues no hay nada, para que lo sepa. Hay ¡fraude y modernismos!
El pobre Cirilo estaba hundido, anonadado. El editor usaba unos argumentos muy sólidos.
-Y si usted quiere que le encargue una novela, ya sabe: planteamiento, nudo y desenlace.
…………………………………..
-Claro, Sí, Señor.
Fragmento extraído de Café de Artistas, de CAMILO JOSÉ CELA, Premio Nobel de Literatura,
Alianza Editorial, 1994/ Pags. 13/14
Y, tal como lo expone el autor en este fragmento de diálogo en el Café, muchos editores tales como el del párrafo exigen al novelista: “nada de modernismos, la obra deberá tener los tres elementos tradicionales, clásicos, esenciales: planteamiento, nudo y desenlace, para ser considerada novela”.
Con todas las formas o géneros literarios sucede algo parecido. Aquel autor que se sale de las reglas, de lo tradicional, clásico, ya establecido, deberá esperar a que el mundo gire sobre sí mismo muchas veces más para que alguien descubra sus valores.
Es mucho más sencillo escribir a la usanza de los grandes maestros de la literatura, o como hicieran los clásicos, que intentar nuevos caminos, abrir puertas a la libre expresión de la palabra escrita, o ubicarse dentro de la modernidad o la post-modernidad. ¡Ni qué decir de aquellos que ilusoriamente, creen que la originalidad es el valor más preciado a la hora de producir obras literarias!... Se hallarán con editores que hasta le darán ideas sobre el argumento de sus futuras producciones o, quizá, en los tiempos que corren, les dirán: ¿Por qué no bajas de la web algunos textos, los entremezclas, luego los pules y le pones algunos términos tuyos, propios –de los que usas habitualmente- para darle credibilidad a la autoría y me los traes??? … ¡Eso sí, recuerda que si no tiene los tres elementos tradicionales, clásicos, esenciales de una novela, no te encargaré una!...
Juana C. Cascardo-La Plata, Arg., 13 Mayo 2011
Feria del Libro de Buenos Aires, Stand de Secretaría de Cultura de la Provincia de Buenos Aires, Integrantes de la Agrupación Literaria Amigos del Club Universitario ahora Prof. Lazaro Seigel.
Congreso de Literatura y Pensamiento Latinoamericano hacia el año 2000 en San Luis Argentina. En la foto: Jerónimo Castillo, Marta Meloni, Sra.de Herrera y Juana Cascardo"El tiempo que nos toca"
Un parpadear de hojas
se esparce sobre el gris otoñal
y una a una se van desenlazando
en caravanas de olvido.
El tronco avejentado
desnuda sus cicatrices
al venidero invierno.
El viento susurra entre sus ramas.
Cada hoja entre sus remolinos,
se distancia como pensamientos viajeros.
Apenas víctimas inalcanzables
entre ese enigma de aire que las roba,
para dejarlas solas... quizás,
abandonadas a pocas cuadras de sus ramas.
¡Cuánta sombra pisoteamos sin querer..!
¡Cuánto desamor..! Tan sólo meses atrás...
corríamos sedientos a su amparo refrescante.
Qué necio es el olvido,
que terco es este viento...
¡Qué pobres esas hojas..!
¡Vivimos... en un tiempo Terco...
de Necios... y de Pobres..!
Susana Moreno.
(de su libro Desnudándose - 1998 )
Bahía Blanca - Buenos Aires -
